Desde el pasado te dejo este escrito para que tengas algún recuerdo de mí, en este instante que lo lees es tu presente, y futuro condicionado.
Quería dedicarte unas palabras donde se me quedan cortas, con todo lo que llenas.
Tu edad no es muy igualada a la mía pero te veo capaz de realizar las mismas e incluso mayores cosas de las que puedo hacer yo, tienes un don de oportunidad, llegas en el momento preciso en el cuál una persona pretende que la ayudes, y lo haces, repartes como si te sobrara, aún que seas tu la que necesites más ayuda que nadie en ese momento. Regalas tus dos manos, repartes tu ayuda, dispersas alegría por cada persona, resucitas a cualquier muerto en cualquier intento de suicidio en un vaso de champagne, en un sábado corrientes inesperadas.
Poco tiempo desde el que te conocí, espero que continúe de esta buena forma.
Mi futuro es desconocido, mi presencia en invisible, pero tu destacas en cualquier día, hora, minuto y segundo.
Te quiero.